La tonadillera atraviesa momentos delicados. Está completamente volcada en su madre, doña Ana, que permanece ingresada en el hospital a sus 90 años y de la que no se separa ni un segundo. De hecho, Isabel Pantoja se niega a abandonar el hospital, ni si quiera para ducharse o descansar unas horas en Cantora.

El único descanso de la tonadillera son las escasas ocasiones que baja a la cafetería a comer algo, para lo que se turna con su hermano Agustín. El resto del tiempo permanece al lado de su madre, a la que adora. Sus amigas son las encargadas de llevarle ropa, medicinas y otros enseres que necesita, porque ni para eso consiente separarse de la mujer que le dio la vida.

Doña Ana ingresó hace dos días en estado muy delicado y ha mejorado un poco en las últimas horas. Este lunes ha comido un poquito de puré y un yogur, algo que ha animado mucho a Isabel.

La situación es, si cabe, más triste debido al distanciamiento familiar entre Isabel Pantoja y sus hijos, con los que no habla desde hace meses. De hecho, el propio Kiko Rivera comentó que se había enterado del ingreso hospitalario de su abuela por la prensa y que nadie le informaba acerca de la evolución. Tampoco a su hermana ni a su prima, Anabel, que el mismo viernes que ingresó su abuela dio el “sí, quiero” a Omar Sánchez en La Graciosa.

Fuente: MSN Entretenimiento