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Julio Iglesias “No creo que mi hijo se case”, dijo que cantará hasta el final de sus días

El cantante español Julio Iglesias no cree que su hijo Enrique vaya a casarse la próxima semana con la tenista Anna Kournikova (tal y como publicó esta semana el diario The Sun), ya que este no le ha comentado nada. “No creo que mi hijo se case, me lo hubiera dicho”, declaró el artista en una rueda de prensa en México, país en el que se encuentra como parte de una gira internacional de conciertos.

A juicio del cantante, su hijo -que este miércoles cumplió 38 años- seguirá sus pasos: “Yo creo que Enrique lleva casado diez años. Yo estuve ‘casado’ 22 años y tuve cinco hijos y me casé hace apenas dos años, y yo creo que Enrique lleva ya ese camino también”.

Pese a que su reloj vital marca casi las siete décadas, el cantante español asegura que no se siente en absoluto “viejo” y que todavía le queda para rellenar “más de la mitad” del “crucigrama” que forma su vida.

“Nadie envejece cuando el alma no es vieja (…) yo no estoy viejo, está más viejo el tiempo y los años que tengo que yo”, dijo a Efe en una entrevista en la capital mexicana, en la que no se dejó ni por un instante ser tratado de usted.

Iglesias se siente joven y pese a que le duelen algunas partes de su cuerpo tiene intacta el alma y está lleno de vida, de planes y sueños por cumplir, y por ello aseguró que cantará hasta el final de sus días porque una despedida sería su muerte.

“Yo voy a cantar hasta que las gentes quieran, pero aunque las gentes no quisieran me iría a un lugar, a lo mejor en China, a un pequeño club y allí cantaría”, añadió el artista (Madrid, 1943).

Conocido por ser, como dice su canción, “un truhán”, un conquistador nato con las mujeres, asegura que estas pasiones son mucho menores que el cantar, que es lo que le resulta más vital. “Para mí cantar es vital y aparte que yo soy un hombre apasionado, me gusta sentir la pasión en todos los sentidos y si no tengo la pasión de la música… Las otras pasiones son mucho menores”, contó el cantante, padre de ocho hijos.

Hace unas semanas Iglesias recogió en Pekín el premio récord Guinness al artista latino que más discos ha vendido en el mundo, más de 300 millones de copias de sus más de 80 álbumes cantados en las lenguas más variadas, como el chino, el alemán o el tagalo.

¿El truco? Asegura que no lo hay, solo es “perseverancia, circunstancias, cariño, emoción, pasión, una voluntad de los demás de cuidarte”. “Miles y miles de cosas que se van juntando en ese crucigrama que se termina justamente un día, y a mí aún me queda mucho por terminar, ese crucigrama está a la mitad, imagínate lo que me queda”, comentó.

Último concierto

Pese a que Iglesias no imagina, ni quiere tenerlo, un posible último concierto, sí le gustaría que si éste se produce estuvieran en la primera fila los millones de personas que lo han mantenido ahí, bajo los focos, durante más de cuatro décadas.

“No quisiera ver a una persona especial, sino a lo más especial que he tenido en la vida, que es el público”, al que “le debo mi familia, mi vida, mis situaciones, mis circunstancias, todo lo que rodea mi vida está en función al éxito que me ha dado la gente”, apuntó.

En su opinión, los artistas tienen que ser constantemente cuidadosos con lo que es su “base fundamental”, el público, y es precisamente lo que a Iglesias le genera más ilusión.

La crisis

Aunque el intérprete no vive en España, sí tiene palabras de aliento para un país que está inmerso en una crisis económica con “un grado de pesimismo” que “se contagia como un veneno entre nosotros los españoles”.

Pero Iglesias está convencido de que pese a la crisis, fruto de “una administración mala”, “una educación bastante mediocre” y “una competitividad mediocre”, España “es un país hecho” que saldrá adelante.

“España tiene a Jorge Lorenzo, a Fernando Alonso… Gentes que están dedicadas a la disciplina mágica de ser mejores, eso tiene que corresponder también al pueblo español, a los que estudian, a los que quieren ser carpinteros o ingenieros”, dijo. “Esa competitividad grande que tienen esos espíritus tiene que trasladarse al pueblo, a nosotros, y de ahí surgir una España mucho más competitiva, mucho más atractiva, más fuerte”, aseveró.

Pese a que no es un hombre dado a arrepentirse de los errores cometidos, el cantante admitió que sí se arrepiente de no haber aprendido más en su vida sobre su gran pasión, la música.

“Si con diez años hubiera sabido que iba a ser cantante, malo como soy, hubiera aprendido más música y sería mejor cantante. Todos tenemos que aprender un poco antes, yo soy un aprendiz tardío”. Quizás en la otra mitad de su crucigrama.

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